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agosto 13 de 2021
Discurso de clausura del 6° Congreso Empresarial Colombiano de Bruce Mac Master, Presidente de la ANDI

Bogotá, 13 de Agosto. Señor Presidente, gracias por acompañarnos en nuestro 6to Congreso Empresarial Colombiano y 77ª asamblea de la ANDI. Bienvenido. Es para mí un honor y un verdadero reto poder llevar a cabo este encuentro que por tantos años hemos celebrado en condiciones distintas, y que desde el año pasado nos ha tocado adaptarnos para cumplir, primero desde la virtualidad, y hoy con un modelo híbrido, con nuestra función de representación, aporte y liderazgo a un país que ahora más que nunca requiere de ciudadanos e instituciones comprometidas con el desarrollo y el progreso de Colombia.

Grandes retos hemos tenido que enfrentar en estos dos años : el mal pandémico del coronavirus con todas sus implicaciones sobre la salud y la vida, la necesidad de implementar medidas para evitar los contagios, que a la postre produjeron devastadores efectos económicos y sociales, y un paro nacional manipulado e infiltrado que trajo consecuencias sobre la economía y que afectó derechos fundamentales de millones de personas, incluyendo el derecho a la movilidad, a la alimentación, al trabajo, a la educación y hasta el derecho a la vida.

En medio de todo este panorama se ha incrementado la acción perturbadora y persistente de la delincuencia común y el narcoterrorismo, pero pocos países como el nuestro han demostrado su resiliencia ante tanta adversidad que pone a prueba la fuerza vital de la nación, su instinto de conservación y su vocación de permanencia en el tiempo, haciendo aflorar lo mejor de cada uno de nosotros.

El impacto de la pandemia en la vida familiar, social y empresarial ha traído consigo alteraciones que no terminamos de asimilar: el distanciamiento social, el confinamiento obligatorio, la virtualidad digital son solo algunos de los aspectos de esa “nueva normalidad” que se nos ha impuesto para la supervivencia.

Sin embargo, quiero destacar el gran esfuerzo y compromiso de los empresarios por tratar de salvaguardar el empleo durante estas dificultades, realmente ha sido una verdadera prueba de resistencia, ha sido de valientes sobrellevar estos momentos de crisis social y económica. Aunque no es la primera vez que nuestro sector empresarial le pone la cara a las adversidades, siempre con la mentalidad de que al país hay que sacarlo adelante. Celebro con orgullo que el bienestar de Colombia sea nuestro objetivo común en estas situaciones. Y Agradezco a las empresas por el esfuerzo por contribuir a mantener la estabilidad de nuestra querida patria.

Aprendidas las lecciones del pasado, estamos en la hora de la construcción de propósitos nacionales en todos los frentes, en la hora de la concertación frente a la amenaza de las fuerzas disolventes de la sociedad, de un populismo irresponsable y oportunista que pretenden imponernos un discurso arbitrario. En otras palabras, estamos en la hora de la defensa de la libertad, de la democracia y de la unidad dentro de la diversidad.

Pero es la hora también de la empatía, de la capacidad de ponernos en los zapatos de otros, de la capacidad que tengamos para saber oir lo que hoy los jóvenes quieren decir, y de saber transmitirles a ellos mismos las necesidades, esfuerzos y anhelos de todos nosotros durante tantos años. También, de la capacidad que tengamos de discernir las necesidades y plantear soluciones que sean de interés general, pensando en el bienestar de toda una sociedad que justamente clama por equidad y desarrollo social.

Cuente señor presidente con que, para esto, Colombia tiene un empresariado dispuesto, aguerrido y comprometido a seguir produciendo bienes y servicios, empleos y oportunidades para todos, porque producir, exportar y generar empleo en condiciones de sostenibilidad y consciencia deben ser tres verbos rectores para la reactivación de la economía.

Es por esto que, durante estos cinco días de agenda, nuestro tema principal ha sido la reactivación consciente y sostenible para Colombia, pensando en la forma en la que podemos seguir aportando a la construcción de Más País.

Papel del sector empresarial

La presencia del sector empresarial en los momentos más difíciles de nuestra historia, ha sido una de los soportes más importantes con que ha contado el país. Hemos resaltado en múltiples ocasiones la relevancia de que cómo en otras latitudes las empresas abandonan el territorio ante las adversidades, en Colombia la permanencia de las empresas en el país aun en los peores momentos de inseguridad, representa uno de los pilares más importantes de la Nación.

¿Qué hubiera sido de Colombia si las empresas hubieran abandonado el barco cuando hasta el Estado mismo estaba haciendo agua en medio de una guerra contra el narcoterrorismo?

¿Qué hubiera sido de su población, del empleo, del abastecimiento mismo de bienes y servicios?

Los últimos años han ratificado esa decisión y esa actitud. Ante las adversidades hay que trabajar más y de la mejor forma. Hay que trabajar con la ciudadanía y con el Estado, con disciplina y convicción. Asi hemos entendido el papel de las empresas en estos momentos. Como una oportunidad para darnos la mano entre todos, de pensar en soluciones, de pensar en las mejores estrategias para soñar un futuro mejor.

Han sido muchos los frentes en los cuales la Andi y sus afiliados han puesto sus voluntades y su capacidad al servicio de los mejores objetivos comunes.

Tributaria

Si me lo permite, señor Presidente, quisiera destacar los esfuerzos solidarios que ha venido planteando el sector empresarial durante este tiempo.

Especial atención merece la propuesta hecha en materia tributaria, no porque la Andi haya servido de vocero para proponerla a usted y al país, sino por el esfuerzo que ella implica para el sector empresarial y por la forma responsable, consciente y solidaria en la que fue recibida al momento de presentarla a quienes tendrán que llevar la mayor carga de atender las emergencias fiscal y social. Es cierto que por años hemos abogado por lograr una mayor competitividad tributaria, pero también es cierto que la combinación de un Estado con grandes necesidades y una ciudadanía afectada fuertemente por la pandemia nos llevó a convocar la mejor versión del empresariado para estos momentos.

Quedan muchas tareas en esta materia, las hemos destacado por años y todos sabemos que requerimos mejorar la estructura en varios sentidos como su cobertura, su distribución, su progresividad y su competitividad, nadie mejor que nosotros para decirlo, hemos liderado esta posición por años, pero también entendemos que la situación actual es completamente atípica y convoca los principios de solidaridad, como todas las emergencias. Mis reconocimientos a los empresarios de Colombia.

Mi reconocimiento también a usted y a su Ministro de Hacienda, por el esfuerzo de concertación hecho para asegurar un trámite amplio y participativo.

Hacemos votos porque la misma salga limpia, transparente y sin arandelas, como símbolo de grandeza de un país que entiende sus responsabilidades.

Vacunas

Desde el inicio mismo de la pandemia, entendimos la utilidad de aunar esfuerzos para lograr atender algunas de las necesidades más urgentes. Es así como se desplegó la campaña Unidos Somos Más País, que incluyó iniciativas para producción e importación de ventiladores, financiación de unidades de cuidados intensivos y otras facilidades de atención en salud, mecanismos de apoyo a población como los bonos solidarios para familias vulnerables, entre otras.

Luego el plan de vacunación por parte de las empresas que sin duda ha sido el acto solidario más grande frente a una causa social que se haya registrado, con esta iniciativa queremos proteger las vidas de nuestros colaboradores, familias y poblaciones vulnerables, y ayudar a acelerar la reactivación económica.

Este plan ha reunido a más de 2.900 empresas y ha logrado vacunar a más de 730.000 personas en todas las regiones de Colombia. Y ha implicado una inversión de más de 200.000 millones de pesos y la disposición de equipos de vacunación que de otra forma hubieran sido asumidos por el Estado.

Se trató además de un esfuerzo público privado de gran envergadura, sobre el cual también queremos hacer un reconocimiento a usted y a todo su equipo por el activo apoyo que nos ha sido brindado.

Reactivación

A pesar de la caída de la economía en el año 2020, que como todos sabemos llegó a niveles nunca registrados, el primer trimestre del año nos había demostrado con cifras la resiliencia del sector empresarial y de nuestro mercado. El paro nacional y los bloqueos ilegales que se mantuvieron en buena parte del territorio durante cerca de 40 dias, no solo detuvieron temporalmente la senda de recuperación, sino que produjeron grandes daños sobre la población, el empleo, los derechos de millones de ciudadanos y generaron costosos e infames daños a bienes públicos.

Sin embargo, las cifras de junio nos están mostrando una recuperación realmente importante.

Como decía en la presentación que hice para la instalación de este evento, tenemos razones para ver con fundado optimismo la recuperación que ya se está dando. Los niveles de consumo, producción manufacturera que presenta datos muy favorables, demanda de energía, exportaciones, precios de productos exportables colombianos, recaudo de impuestos, remesas de nacionales en el exterior, son indicadores de las oportunidades que tenemos por delante y que nos animan a convocar la decisión de todos para procurar tener la más veloz reactivación.

Aunque el énfasis inicial lo hemos puesto en el salvamento de las empresas y la conservación de los puestos de trabajo, es esta la oportunidad de plantear nuevas estrategias, corregir rutas del pasado, es también la oportunidad de soñarnos renovados y mejores. 

Relanzar el país con potencia y optimismo requiere del trabajo sostenido y mancomunado de los sectores público y privado como se ha venido haciendo. Es por esto que, junto al esfuerzo del gobierno, el sector privado le apuesta a una mayor inversión en sus empresas para potenciar la oferta y la demanda como motores de la dinámica social y económica, y la reactivación de la economía.

Creemos en una reactivación solidaria, en una reactivación en la cual los sectores que reciben el apoyo y el impulso del Gobierno Nacional, trabajen de la mano de los sectores de su cadena para que los beneficios no solo sean para todos, sino para que maximicen su efecto social. Los encadenamientos son una forma inteligente de crear mayor valor en una sociedad. No entenderíamos que hubiera sectores que aspiraran a beneficiarse en forma exclusiva ellos, del aporte que hace el Estado, con recursos de toda la sociedad. Así como la crisis nos afectó a todos casi sin discriminación, debemos lograr una recuperación de todos equilibrada y justa, esto también aplica a los sectores económicos.

Misión de Internacionalización

Presentamos también en la sesión de instalación, propuestas que en parte coinciden con las presentadas por la misión de internacionalización.

No hay duda de que estamos enfrentándonos a una importante reconfiguracion geoeconómica y geopolítica. El mundo está cambiando, los consumidores y mercados están siendo cada vez más exigentes en nuevos frentes. Vemos una inmesa oportunidad en ser muy competitivos en algunas variables como huella de carbono, estándares sociales y estándares laborales.

Contamos con una matriz de generación energética que hoy en día es la 9ª más limpia del mundo, pero más importante aún será el efecto que tendrá sobre la misma la política energética desarrollada en términos de oportunidades en renovables no convencionales impulsada por su Gobierno. Si hacemos bien las cosas en varios frentes podremos estar ante una de las más importantes opotunidades de la historia, al poder vendernos como el destino correcto para que se ubique cualquier compañía que quiera reducir su huella de carbono, y además se lo reconozcan los consumidores.

Empleo

Durante los momentos más complejos de los últimos meses, la preservación del empleo se convirtió en uno de los más altos objetivos del quehacer empresarial. Llegamos a medir día a día, peso a peso ¿cuál era la capacidad financiera de las organizaciones para atender las obligaciones laborales?, se restringieron muchos gastos buscando afectar solo en última instancia a los trabajadores. Vimos empresarios vendiendo acivos, tomando créditos y hasta inyectando, cuando se podía, nuevos recursos de capital a las empresas.

Por esta razón ha sido tan importante el apoyo recibido a través de instrumentos como el PAEF, diseñado para atender a las empresas con dificultades que requieren de apoyo para poder mantener sus empleos, así como el otorgamiento de subsidios a la población más vulnerable, el apoyo a la liquidez de las empresas y la modificación de los calendarios tributarios que fueron vitales como política de salvamento de la economía.

A pesar de todos los esfuerzos hechos, hoy en día el desempleo total se encuentra en niveles inaceptables para nuestra sociedad. Especial atención requiere el desempleo juvenil y el desempleo femenino. Es evidente que, de no haber confluído los esfuerzos del gobierno con el compromiso de las empresas, la situación actual hubiera sido significativamente más grave.

Se impone la necesidad de redoblar esfuerzos para generar más puestos de trabajo de calidad en Colombia. El sector empresarial así lo entiende y así lo asume, por eso no dejan de sorprender y preocupar las iniciativas legislativas que van en el sentido contrario. La política nunca debería estar por encima de las necesidades de la población.

Un repaso de los proyectos de ley actualmente en trámite en el Congreso de la República resulta profundamente inquietante tanto por su motivación y falta de viabilidad y sostenibilidad, como por sus posibles consecuencias sobre la población.

Por varios años hemos insistido en el riesgo que implica para una sociedad, el populismo, cuando el mismo se convierte en instrumento meramente electoral más allá de las convicciones ideológicas, las sociedades están en peligro.

El papel que tiene el Gobierno en evitar que el país cometa esos errores, especialmente en el año preelectoral es fundamental. El análisis riguroso deberá primar en la posición que se exprese en el congreso.

No podemos dejar de hablar de la corrupción como una de las principales catástrofes de nuestra sociedad, afecta las instituciones, destruye la confianza de la ciudadanía, minimiza la eficacia del Estado y es sin duda causa de pobreza e inequidad, la lucha contra este flagelo debe ser un verdadero propósito nacional. Por esta razón tuvimos hoy a la señora procuradora, al fiscal general y al contralor con nosotros. La batalla contra la corrupción debe estar en la agenda de todos y debe ser prioritaria.

Y, por último, quisiera decir que la fe en un futuro benévolo y justo para todos los colombianos y una lucha sin cuartel contra las dificultades, mantienen vivo nuestro entusiasmo y nuestra esperanza como ciudadanos y como empresarios. Tenemos la obligación y el derecho no solo de reactivarnos sino de construir con optimismo un mejor país.