Uno de los principales objetivos es posicionar a esta industria de acuerdo con su contribución al desarrollo económico, social y ambiental del país.
Por Catalina Pimienta Gómez, Directora Ejecutiva del Comité del Sector Ladrillero de la ANDI.
Las ladrilleras 21, Meléndez, Helios, Gredos, Ovindoli S.A., Casablanca, Prisma S.A.S., San Cristóbal y Santafé son las fundadoras del Comité Ladrillero, que desde agosto de 2018 fue creado en la ANDI para llevar a cabo actividades que apunten al desarrollo integral de esta industria, así como para representar sus intereses ante los diferentes actores públicos y privados.
En Colombia, la industria del ladrillo de arcilla es heterogénea en su composición, con un notorio nivel de informalidad. La producción de ladrillos se basa en procedimientos artesanales milenarios, y si bien algunas empresas han evolucionado tecnificando el proceso y realizando grandes inversiones, no deja de ser una realidad que producir ladrillos es un proceso que se puede hacer con pocas inversiones.
De acuerdo con la Corporación Ambiental Empresarial, el 25% de las toneladas de ladrillos en Colombia es producido por la gran industria en tan solo el 3% de los hornos, mientras que el 75% restante se produce en el 97% de hornos, lo que corrobora la alta informalidad. Este panorama nos indica que propender por la formalidad es una de nuestras prioridades.
El fortalecimiento del sector es otra de nuestras metas, así como ampliar las oportunidades y visibilizar ante los colombianos los aportes que ha dado este sector a lo largo de su historia para construir y delinear nuestra hoja de ruta a futuro. Es por eso que el Comité se acerca a diversos actores para propiciar un estudio del sector, que permita su cuantificación real y caracterización integral. Así mismo, busca gestionar nuevos afiliados y propender por una mesa nacional en beneficio de esta industria.
La vigilancia jurídica del gremio es otra de las tareas primordiales de este espacio, la cual se consolidará a través de una identificación de la estructura de gobierno en normatividad técnica, así como un tablero de control de las normas laborales, minero-ambientales y técnicas.
La falta de certidumbre jurídica también es uno de nuestros retos. La ausencia de reglas de juego claras y uniformes en materia ambiental, minera y de ordenamiento territorial, así como la desconexión entre las entidades regionales, nos obligan a diseñar un plan para que este sector pueda desarrollar su potencial.
En ese sentido, el Comité apunta a propiciar de cara al futuro el mejoramiento de la competitividad del sector, abriendo espacios de participación y discusión que aboguen por encontrar las fórmulas que permitan el desarrollo de una industria que, como la del ladrillo, ha cimentado la historia de este país.