Para la ANDI, la gestión en biodiversidad ha dejado de ser un asunto ambiental para convertirse en una agenda de competitividad y sostenibilidad.
La actualización del Marco de Biodiversidad Post-2020 que se llevará a cabo este año marca, sin lugar a dudas, una coyuntura interesante, pero, sobre todo, fundamental para replantear la discusión alrededor del rol que está jugando y que debe mantener el sector empresarial en la conservación de la biodiversidad.
Este año, no solo Colombia, sino también el mundo, reafirmarán sus compromisos a través de una nueva versión del principal marco de trabajo en esta materia. El objetivo es trazar un nuevo esquema de metas colaborativas con visión a 2050, bajo el llamado de “Vivir en armonía con la naturaleza”.
En el caso colombiano, gestionar y proteger la biodiversidad es una tarea prioritaria, que no solo involucra procesos de financiamiento, sino que también debe internalizarse en la esencia misma de los negocios. En ese orden de ideas, ¿cuál es el papel del sector privado en el cumplimiento de la agenda de diversidad biológica post-2020? Para la ANDI, el papel del sector empresarial es central en el cumplimiento de la agenda de diversidad biológica del país, y parte de reconocer la diversidad biológica como el capital natural del desarrollo.
Es así como la ANDI, desde 2014, prioriza la biodiversidad como un pilar de su estrategia en el camino de hacer sostenible al sector privado, y desde ahí contribuye con una agenda corresponsable hacia:
• Involucrar criterios de biodiversidad en la planeación sectorial, el desarrollo de políticas y los propósitos de los negocios.
• Articular las inversiones, compensaciones y acciones empresariales a los planes y políticas nacionales de biodiversidad, de forma conjunta con autoridades, institutos y grupos sociales.
• Promover indicadores de competitividad ligados a la biodiversidad.
• Contribuir y aumentar la movilización de recursos financieros directos e indirectos a través de pactos colectivos.
• Contribuir a la conservación de la biodiversidad a través de la promoción de nuevos modelos de uso sostenible de la biodiversidad.
En este escenario, ¿qué relación tiene la biodiversidad con el sector privado? La gestión en biodiversidad ha dejado de ser un tema ambiental para convertirse en una agenda de competitividad y sostenibilidad. Es así como la ANDI encuentra un gran número de hilos que comunican la biodiversidad con el desarrollo. “Biodiversidad y Desarrollo”, la contribución de la ANDI a una agenda global La gestión de la biodiversidad en la ANDI se promueve a través de la iniciativa “Biodiversidad y Desarrollo”, una apuesta que se ha convertido en una plataforma público-privada para conectar y contribuir desde la gestión empresarial con los planes, políticas y prioridades de la conservación de la biodiversidad del país.
Esta iniciativa, con sus socios nacionales –Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNN) y el Instituto de Investigaciones Alexander von Humboldt (IAvH)– y aliados regionales, orienta al sector privado en la integración de aspectos de la biodiversidad en la actividad empresarial y ofrece novedosos escenarios de diálogo intersectorial.
Desde ahí, promueve pactos regionales, temáticos y sectoriales entre empresas, autoridades, institutos y grupos locales bajo cuatro pilares:
• Fortalecimiento de capacidades con cerca de 12 encuentros de biodiversidad y empresas a escala nacional y regional durante el año 2019.
• Inversión y modelos de gestión empresarial en biodiversidad en los territorios, promoviendo sinergias entre empresas y actores de la conservación, y aumentando la representatividad y conectividad de ecosistemas en el Caribe colombiano (Bolívar, Sucre y Córdoba) y la Amazonia (Putumayo).
• Ruedas de relacionamiento de la conservación y el sector empresarial en la Sabana de Bogotá.
• Esquemas de gestión de conocimiento y monitoreo regional con cerca de seis publicaciones multiactor, y mesas de trabajo nacionales y regionales durante 2019.
• Incidencia en instrumentos de política tales como el manual de compensaciones ambientales, los lineamientos de compensación para proyectos lineales a nivel nacional (vías, ductos, líneas eléctricas, etc.), los portafolios de inversión y compensación ambiental, y los lineamientos de monitoreo en bloques petroleros, entre otros.
La iniciativa se desarrolla en el Caribe colombiano y Putumayo, permitiendo a la fecha intervenir en cuatro departamentos, en un área aproximada de 378.371 hectáreas, involucrando a cerca de 21 actores empresariales e institucionales, interviniendo en 49 áreas protegidas de carácter nacional, regional y local, e integrando cerca de 36 proyectos en pro de la conectividad socioambiental en los territorios, así:
Piloto Putumayo
Apuesta: Conectividad Andes-Amazonas
Localización: Cuenca alta interfluvio de los ríos Putumayo y Caquetá (departamento de Putumayo)
Logros 2019:
• Integración de acciones estratégicas de la iniciativa en el Plan de Acción de Corpoamazonia.
• Desarrollo de una herramienta de planificación basada en sistemas de información geográfica para la toma de decisiones estratégicas en bloques petroleros.
• Esquema de monitoreo entre el Instituto Humboldt y dos empresas de hidrocarburos, ofreciendo lineamientos metodológicos e información regional sobre el estado de la diversidad biológica.
• Integración del Proyecto Vida Silvestre de Ecopetrol al esquema público-privado con 15.000 hectáreas, cinco especies sombrilla y cinco ONG locales en Orito.
• Acuerdos de conservación entre el Santuario de Flora y Fauna Orito Ingi-Ande y compañías, avanzando en la primera área protegida libre de cultivos ilícitos del país.
• Estudio de la diversidad de mariposas diurnas como línea base para el desarrollo de una línea turística y de uso sostenible.
• Diplomados de formación comunitaria en aviturismo con Corpoamazonia y el Instituto Tecnológico del Putumayo.
• Alianza estratégica con el Festival de Cine Ambiental de la Amazonia, como plataforma para impulsar al departamento en temas ambientales, culturales y de turismo. Perspectiva 2020:
• Impulsar el uso sostenible de la biodiversidad a través del turismo de naturaleza, promoviendo esquemas locales alrededor del aviturismo y el turismo de primates y mariposas.
• Evaluar y mejorar la conectividad funcional entre los Andes-Amazonia, integrando estratégicamente las intervenciones de los actores en la cuenca.
• Promover una agenda de inversión privada que integre biodiversidad y cambio climático.
• Ser un referente público-privado en la hoja de ruta que emprende Colombia frente a los nuevos compromisos nacionales e internacionales post-2020.
Piloto Caribe
Apuesta: Conectividad Caribe
Localización: Canal del Dique, Montes de María, Medio Sinú, Alto San Jorge y Bajo San Jorge-La Mojana (Departamentos de Bolívar, Sucre y Córdoba)
Logros 2019:
• Restauración y saneamiento de 378 hectáreas en el Santuario de Fauna y Flora Los Colorados y acuerdos con los ocupantes del barrio Cerrito II a través de un novedoso esquema de trabajo que integra a Parques Nacionales Naturales, Promigas, SPEC, Isa Intercolombia y a la Alcaldía de San Juan de Nepomuceno.
• Avance en la formulación e implementación del Plan de Manejo de la Reserva Forestal Coraza, área estratégica para la preservación de cerca de 6.700 hectáreas de bosque seco tropical. Esto de la mano con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carsucre, USAID y Promigas.
• Apoyo a la sociedad civil a través de 41 reservas naturales que representan 1.692 hectáreas y sus áreas de influencia de la mano del Programa Conexión BioCaribe de la FAO, Riqueza Natural de USAID y Promigas. Este integra a cerca de 83 familias en planes productivos sostenibles para la conectividad del bosque seco tropical.
• Contribución al proceso de declaratoria de las reservas forestales protectoras regionales Perico y Laguna en San Juan de Nepomuceno de la mano de Cardique, que podría integrar inversiones empresariales a futuro.
• Aporte a la recuperación de especies del bosque seco tropical: carreto, ceiba de leche, caracolí, tití cabeciblanco, mono colorado, venado y tigrillo.
• Vinculación de Cerro Matoso a la iniciativa desde 2019 a través de la firma de un subacuerdo que incorpora nuevos mosaicos (Tierralta-Valencia, Ciénaga de Betancí y Bajo Sinú), con beneficios a la conservación de especies como el mono tití. Esto permitirá trabajar en los próximos años por mejorar la conectividad de las subzonas hidrográficas del Medio Sinú, Alto San Jorge y Bajo San Jorge-La Mojana.
• Integración de actores públicos y privados alrededor del bosque seco tropical, la restauración, las compensaciones, las reservas naturales y el monitoreo de la biodiversidad a través de encuentros nacionales liderados por las iniciativas que elevan el desempeño ambiental empresarial, transforman conflictos y crean enlaces entre biodiversidad y desarrollo.
Perspectiva 2020:
• Seguir avanzando para consolidar el esquema público-privado en el Canal del Dique y Montes de María, escalando la gestión hacia nuevos escenarios regionales en el Caribe colombiano tales como Córdoba y La Guajira.
• Implementar una agenda público-privada alrededor de la gestión integral del bosque seco tropical de la mano con los actores del acuerdo y nuevas empresas en el territorio nacional. Esto dinamizará pactos, dará lineamientos en programas de restauración-rehabilitación del bosque seco tropical e integrará parcelas permanentes, redes de comunidad de práctica y una agenda empresarial en inversión, así como compensación y planeación articulada con los propósitos nacionales.
• Ser un referente público-privado en la hoja de ruta que emprende Colombia frente a los nuevos compromisos nacionales e internacionales post-2020.
En 2019, esta iniciativa obtuvo un reconocimiento en el III Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe. En ese sentido, el Presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, aseguró que “el hecho que ‘Biodiversidad y Desarrollo’ en el Caribe y Putumayo haya recibido el premio ‘Prácticas exitosas en áreas protegidas y conservadas’ por parte de la International Union for Conservation of Nature (IUCN) y la World Commission on Protected Areas (WCPA) reconoce la labor del sector privado para la conservación ambiental y el desarrollo social y productivo de las regiones”.