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marzo 7 de 2018
"Colombia tiene un inmenso potencial en la agroindustria que no se puede desarrollar porque el actual sistema lo impide" Piedad Córdoba

La candidata presidencial por el movimiento Poder Ciudadano fue Senadora de la República, entre 1994 y 2010

La Revista A de la ANDI indagó a los candidatos a la Presidencia de la República sobre las consultas previas y populares, agricultura, y minería e hidrocarburos.
A continuación la entrevista otorgada por Piedad Córdoba, candidata por el movimiento Poder Ciudadano, en la edición 265 de la Revista A.

Revista A: Hay un gran debate en el país alrededor de las consultas previas y las consultas populares, su uso indebido y el impacto que están teniendo en las regiones. ¿Cuál es su posición al respecto y qué propuesta tiene su plan de gobierno frente a este tema?

Piedad Córdoba: Es un falso debate alimentado por los pocos que tienen grandes intereses en la minería y otras actividades extractivas. El problema de fondo radica en que los enormes beneficios de la extracción primaria se van fuera del país. Las comunidades no reciben absolutamente nada y, además, ven cómo se les devastan sus territorios y desaparecen sus medios tradicionales de vida. Este es el verdadero debate: quiénes se benefician de la extracción y cómo garantizamos el bienestar de nuestra gente y la preservación del medio ambiente y no si se realiza o no una encuesta. Por supuesto que estamos a favor de la inversión, tanto nacional como extranjera, pero siempre bajo determinadas reglas y teniendo en cuenta que la mayor parte de los beneficios debe beneficiar al pueblo colombiano.

Revista A: Es un lugar común afirmar que Colombia tiene un gran potencial en materia agroindustrial; sin embargo hay bastante por hacer. ¿Qué tiene previsto en su programa para promover la inversión y el desarrollo del sector de forma sostenible?

P.C.: Colombia tiene un inmenso potencial en la agroindustria que no se puede desarrollar porque el actual sistema lo impide. Las políticas de los Pastrana, Uribe y Santos abrieron las puertas de par en par a los productos extranjeros. Nuestros agroproductores no pueden competir con ellos. Al final se demostró que se trataba de beneficiar a los grandes intereses importadores. Si no se soluciona esta injusticia de base, es imposible construir un sector agroindustrial potente. A partir de ahí, nuestro objetivo es incrementar la superficie de siembra de los seis millones de hectáreas actuales a 10 millones, con una producción destinada tanto a abastecer el mercado interno como para las exportaciones, que vamos a aumentar hasta llegar a 20 millones de toneladas. Asimismo, tenemos que alcanzar las 10 millones de toneladas de productos procesados, para conferirle a este sector mayores cuotas de valor agregado. Colombia tiene todas las condiciones para ser la gran despensa regional: sus tierras, la tradición, el saber hacer de nuestros productores, pero si no se cambian las reglas del juego, es imposible.

Revista A: ¿Debe Colombia desarrollar el potencial que tiene en materia de minería e hidrocarburos, o se debe limitar el crecimiento de proyectos en estos sectores?

P.C.: El extractivismo primario es una actividad que apenas deja beneficios, devasta el medio ambiente e impide el desarrollo en otras áreas con mayor valor agregado. Colombia tiene que elegir si quiere seguir la senda de países desarrollados, con una economía de alto valor tecnológico, o profundiza en una economía primaria que se ha demostrado que es incapaz de generar progreso, no solo en nuestro país, sino en cualquier otro que se mantenga en ese marco. Por ejemplo, muchos países europeos están prohibiendo el fracking, una técnica de extracción de hidrocarburos que devasta la corteza terrestre, impidiendo sus usos tradicionales y cualquier futuro asentamiento humano y que supone un despilfarro absoluto de agua. Está claro que ese no es el camino que debe seguir Colombia. Con respecto a la minería, no tenemos que seguir profundizando, pero sí mejorando las condiciones de las concesiones actuales, que apenas dejan beneficio en el país y mucho menos en las comunidades donde se practica. Lo mismo podemos decir del actual modelo petrolero, que otorga todas las ventajas a las empresas extranjeras. Tenemos que recuperar la soberanía, reapropiarnos de nuestro petróleo: debemos ser nosotros los que impongamos las reglas en el mercado nacional, desarrollemos las exploraciones, investiguemos otras fuentes de energía y hagamos una redistribución más justa de los ingresos petroleros.

Acceda a las entrevistas de los demás candidatos en la edición 265 de la Revista A.