De ese total, 2.341 no estuvieron sujetos a la llamada “política de chatarrización” uno a uno, y representaron el 87,4% del total matriculado.
Del total de 2.680 vehículos de carga matriculados en los siete primeros meses del año, 2.341 no estuvieron sujetos a la llamada “política de chatarrización” uno a uno, y representaron el 87,4% del total matriculado. Así, el 12,6% de los vehículos matriculados a julio, –339 unidades–, estuvo sujeto a “chatarrización”, un número bajo de unidades, de las cuales 113 correspondieron a tractocamiones, vehículos en los que se hace el gran comercio interno y externo del país.
Los vehículos no sujetos a “chatarrización”, decrecieron 7,3% respecto al período de enero a julio del año anterior. Entre los vehículos sujetos a “chatarrización”, los camiones entre 10.5 y 17.0 toneladas de PBV, los de 17.0 a 28.0 toneladas de PBV y los tractocamiones, crecieron 35,0%, 51,9% y 135,4%, respectivamente, en relación con el mismo período del año anterior, con un escaso número de vehículos matriculados. En general, el segmento de vehículos de carga continuó con desempeño negativo en estos primeros siete meses del año.
A ANDI–FENALCO le preocupan los anuncios de la Ministra de Transporte de prorrogar un año más el programa de “chatarrización” uno a uno, aunque el compromiso de Colombia para ser admitida en la OCDE es desmontar dicho programa a 31 de diciembre de este año.
Entre las razones que preocupan a ANDI-FENALCO en relación con este tema, destacamos las siguientes:
• El parque automotor colombiano de carga acusa un promedio de obsolescencia de 25 años, una de las cifras más altas del mundo, aún comparada con países de desarrollo económico similar.
• Estos vehículos de carga obsoletos están siendo movilizados ineficientemente, con combustible diesel de 50 partes por millón, producido en la Refinería de Cartagena a un alto costo.
• El costo de la contaminación del aire en Colombia ha sido estimado por el DNP en 20 billones de pesos, equivalente a 2,2% del PIB, y adicionalmente a 10.000 muertes al año, de las cuales una parte importante son niños. Este costo está mayormente representado en el tratamiento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
• Mantener esta política de “chatarrización”, que ha generado una conocida alta corrupción, conlleva a otros elementos que afectan la competitividad de la economía colombiana, hoy muy baja en relación con otros países de similar grado de desarrollo.
• Algún día tendremos en Colombia carreteras de altas especificaciones técnicas, pero no tendremos vehículos modernos con qué transportar la carga.
Pedimos al gobierno colombiano que se cumpla la meta establecida de acabar con la política de “chatarrización” uno a uno al finalizar el año 2018, tal como fue el compromiso asumido con la OCDE.
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