Por: Alejandro Olaya, Gerente de la Seccional Antioquia de la ANDI

Hace 75 años, como respuesta a la necesidad de tener una única voz nacional de los industriales frente al Gobierno Nacional, nace la Asociación Nacional de Industriales (ANDI). Con esta intención se crea una gran unidad del sector empresarial en Colombia de naturaleza privada y de carácter nacional, para lo cual se abrieron rápidamente seccionales en distintas regiones del país, incluyendo la de Bogotá, con el propósito de aportar a la dinamización de la política económica e industrial y al desarrollo social.

Desde entonces, la ANDI Antioquia ha ejercido una posición de liderazgo en el desarrollo empresarial de la región y el país. Actualmente, la Seccional Antioquia ha priorizado tres de los ocho pilares de trabajo de la ANDI para orientar nuestro propósito de compromiso por la región: 1) el desarrollo social y sostenible; 2) la competitividad; y 3) la innovación y el emprendimiento. Esto, a través de la incidencia en política pública, la representación empresarial y el desarrollo de iniciativas y acciones propias que responden a las necesidades del empresariado y la región.

Dentro de las iniciativas más destacadas que lidera la Seccional Antioquia se encuentra el desarrollo portuario de Urabá, donde buscamos posicionar a la zona como epicentro para la competitividad logística del aparato productivo antioqueño. Gracias a las misiones empresariales y al acompañamiento personalizado que realizamos de la mano del Comité “Urabá, un mar de oportunidades”, hemos logrado que, a la fecha, 279 empresas realicen operaciones de comercio exterior por esta zona.

Nuestro convencimiento de la educación pertinente como un aspecto clave para la competitividad de la región se hace realidad gracias al programa de becas de nuestra Fundación Fondo Social ANDI, creada desde 1959. Con el aporte voluntario de un grupo de empresas afiliadas ha sido posible la graduación de 170 estudiantes de bajos recursos en carreras profesionales en la Universidad EAFIT. En 2017 vinculamos a las instituciones de educación tecnológica de la ciudad y lanzamos el primer programa de educación pertinente en la región, donde los estudiantes se conectan con empresas, identificando y resolviendo desafíos reales de las mismas. Con estos programas impactamos a jóvenes de estratos 1, 2 y 3 del valle de Aburrá.

En términos de innovación, promovemos el intercambio de conocimiento y experiencias entre organizaciones. Hace cuatro años creamos, en alianza con Ruta N, el programa Plan Padrino de Innovación Empresarial, metodología que permite la transferencia de conocimiento y experiencias entre empresas avanzadas en procesos de innovación y las que inician este camino. 

Desde su creación han participado 133 empresas y, en el último año, nos hemos concentrado en replicarlo en otras seccionales de la ANDI a nivel nacional.

La sostenibilidad marca gran parte de nuestra agenda de trabajo regional. Hemos logrado desarrollar una serie de programas y proyectos que aportan capacidades a las empresas en términos de gestión ambiental. Llevamos a cabo el primer estudio de medición de material particulado PM2.5 para determinar el verdadero aporte la industria a la calidad del aire del valle de Aburrá, con resultados muy satisfactorios que ponen en evidencia los estrictos protocolos ambientales que están siguiendo nuestras empresas afiliadas.

Como estrategia complementaria, acompañamos a las empresas en la implementación de los planes de Movilidad Empresarial Sostenible (MES), que tienen como objetivo trazar una hoja de ruta para reducir las emisiones de material particulado causadas por los desplazamientos de los vehículos. Con estos planes se desarrollan alternativas de movilidad sostenible que sustituyan el uso de vehículos particulares, y complementariamente, con las autoridades ambientales y de movilidad regional, trabajamos para que la información de los planes MES sea un insumo para los desarrollos de ciclorutas, su integración con el transporte masivo y otras estrategias de ciudad para la movilidad sostenible.

Conscientes de los desafíos que implica mejorar la calidad del aire, capacitamos en la adecuada operación de hornos y calderas, y promovemos la disposición idónea de los residuos posconsumo a través de capacitaciones exprés, impactando a más de 2.800 colaboradores.

La seccional ha promovido el fortalecimiento de la institucionalidad de la región, teniendo como resultado una agenda con continuidad a largo plazo, acompañada de una buena articulación entre empresariado, academia, sociedad y sector público.

Antioquia, como muchas de las regiones del país, tiene grandes oportunidades de desarrollo económico y social, pero con grandes desafíos como sociedad. Desde la ANDI Antioquia y de la mano de los empresarios que la conforman seguiremos trabajando con compromiso y un renovado liderazgo, tras 75 años de trabajo ininterrumpido, en la construcción de una mejor sociedad con progreso económico y social.