Aunque el presente nos ha traído grandes retos en materia de ilegalidad, informalidad y competencia, desde la Cámara trabajamos por contar con una cadena productiva sostenible y reconocida a nivel internacional.
Por: Pablo Narváez Barbosa, Director Ejecutivo de la Cámara Sectorial del Cuero
La Cámara Sectorial del Cuero surgió de la fusión entre la Federación Nacional de Curtidores (Fedecurtidores), un gremio con 50 años de funcionamiento, y la ANDI, a partir del 1.º de enero de 2003.
Nació con el objetivo agrupar a todas a las organizaciones de la cadena productiva del cuero, con el fin de representar y defender sus intereses, propender por una cadena productiva del cuero, el calzado y la marroquinería formal, concretar alianzas y soluciones mancomunadas a los problemas transversales, e identificar las dificultades que impidieran el normal funcionamiento y crecimiento del sector.
La Cámara ha venido trabajando para combatir la competencia desleal proveniente del exterior, que en un mercado globalizado utiliza, entre otros mecanismos, el contrabando abierto y técnico ligado al lavado de activos. Es por eso que colabora activamente en la mesa de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (ALAC), que fue creada por los países latinoamericanos para enfrentar este flagelo que afecta de igual manera a nuestros vecinos.
Además, propende para que en el país se cumplan las normas fiscales, laborales y ambientales. Teniendo en cuenta que este último grupo es determinante para la cadena, es menester el acompañamiento técnico en asocio con entidades como la Asociación de Técnicos y Químicos de las Curtiembres (Acolcur), con los cuales defendemos ante el Estado, con argumentos técnicos, la elaboración y aplicación justa de las normas ambientales, en concordancia con las exigencias que se aplican a esta cadena en países desarrollados.
Colombia es un país destacado en el suministro de pieles de bovino como consecuencia de un importante hato ganadero del que se obtienen las pieles, que son la materia prima de industrias que se abastecen de ella, como la farmacéutica, de alimentos, de calzado, marroquinería y de juguetes caninos, entre otras. Es por eso que tenemos como propósito continuar la capacitación en buenas prácticas para la obtención y manejo de pieles, tanto en las fincas ganaderas como en el transporte. Esperamos que el futuro nos permita contar con una cadena productiva del cuero sostenible y reconocida a nivel internacional, que permita aprovechar los acuerdos comerciales firmados y seguir suministrando a los usuarios un producto con los mejores estándares de calidad.
Nuestro país tiene todos los elementos necesarios para desarrollar una industria competitiva de talla mundial, que ha sido una cadena de mentalidad exportadora y un generador importante de puestos de trabajo y valor agregado, no solo en Colombia, sino también en otros países que apuestan por este sector.
El reto para el país y su sector del cuero es seguir trabajando por una mayor legalidad, una certidumbre jurídica y la reducción de la informalidad.