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junio 30 de 2021
La actividad empresarial colombiana en 2020

Los responsables de formular políticas tienen que pensar muy bien cómo crear las condiciones necesarias para que los emprendedores puedan recuperarse y progresar; y en cómo se puede estimular a más personas para que actúen empresarialmente.

Los procesos de desarrollo empresarial, sean ellos nacimientos, crecimientos, consolidaciones, expansiones, muertes, etc., son eventos multivariados y multietápicos en los que influyen muchas fuerzas del entorno, muchas visiones de los empresarios y muchas características especiales de cada empresa. Los empresarios han dedicado siempre un gran esfuerzo a tratar de prever lo que el futuro traerá y a identificar no solo los efectos de esas variables externas del entorno y del mundo empresarial, sino también a proponer soluciones que permitan anticipar o resolver favorablemente estas amenazas; pero en el caso del COVID-19, cuanta empresa había en el mundo, independiente del tamaño, complejidad, ubicación geográfica, tecnología, etc., sintió rápidamente los efectos de la pandemia y tuvo que tomar decisiones originadas por este nuevo hecho que no había sido previsto.

El panorama de las empresas, de los gobiernos y de los ciudadanos ha estado en constante cambio, y si bien es cierto que han pasado ya dos olas y que ya empezó el proceso de vacunación, existen temores muy fuertes por nuevas olas y por las nuevas cepas del virus, y ello trae una alta dosis de incertidumbre a todos los actores.

En todos los hogares la situación es también bastante difícil, pues si bien es cierto que Colombia ha mantenido históricamente un vergonzoso indicador de tasa de desempleo, también es cierto que durante estos meses de pandemia se perdieron muchísimos empleos, que todavía hoy no se han reemplazado. Según el DANE, la tasa de desempleo en Colombia cerró en 2020 en 15,9 %, lo que representó un aumento de 5,4 puntos porcentuales frente a 2019 (10,5 %), o sea que 2,44 millones de colombianos perdieron su empleo y por ello mantenemos una tasa de desempleo, a febrero de 2021, del 15,9%1 . Esta situación de pérdida de empleos, más todas las pérdidas que ha sufrido el sector informal (trabajadores por cuenta propia), ha generado, como era de esperarse, una disminución en el ingreso familiar y un incremento de las personas bajo la línea de pobreza y bajo la línea de pobreza absoluta. El reporte del DANE para marzo de 2021 es que la población en condición de pobreza llegó al 42,5 % y que la población en pobreza extrema al 15,1 %.

El informe GEM COVID-193 indica que la pandemia es un “cisne negro”4 de proporciones épicas y que está cambiando drásticamente la cara de los negocios, de la industria y de todos los ciudadanos de este planeta, pues, “la vida, tal y como la conocíamos” cambió en todo el mundo, y seguirá cambiando por los efectos de este virus.

En Colombia hemos pasado por dos olas de crecimiento de la pandemia y nos alistamos para una tercera. Es necesario diseñar caminos que nos lleven a la recuperación económica, y ellos implican decisiones a nivel macro y a nivel micro, no solo para la población en general, sino también para los empresarios en particular. Acciones como la urgente necesidad de disponer, con suficiencia y transparencia, de mecanismos de apoyo financiero para los empresarios; la necesidad de comunicar las decisiones que se vayan tomando en los distintos niveles de las empresas; la posibilidad de aprovechar el momento para reducir la burocracia y la infraestructura; la imperiosa demanda de innovación o del “reinventarse” en todos los componentes del modelo de empresa; y la creación de actividades intraempresariales, la orientación a nuevos mercados, la internacionalización y el manejo de la liquidez son parte de las acciones que en todos los niveles y sectores se deben reconsiderar. Solo si estas estrategias son favorables, será posible para las empresas sobrevivir y, eventualmente, volver a la senda de crecimiento, que les permitirá generar empleo, bienestar, riqueza, impuestos, productos y compras a sus proveedores, y dinamizar todas sus cadenas de valor.

Los responsables de formular políticas tienen que pensar muy bien cómo crear las condiciones necesarias para que los empresarios puedan recuperarse y progresar; y cómo pueden estimularse y desarrollarse más personas para que actúen empresarialmente, pues solo si tenemos “más y mejores empresarios” podrán existir “más y mejores empresas”, y este continuo será el productor de mejores condiciones de vida para todos los colombianos.

Para poder formular algunos lineamientos de políticas que enfrenten los efectos nocivos de esta pandemia, es importante basarse en datos empíricos, tomados de la población colombiana, para saber muy bien qué es lo que está pasando en el sector empresarial. Para este tipo de medición hay que recurrir a la mejor herramienta que existe en el mundo para ello: la metodología GEM (Global Entrepreneurship Monitor), la cual ha sido aplicada por 22 años, ha cubierto más de 110 países y ha generado una cantidad muy importante de resultados de investigación que han servido como apoyo a la formulación de políticas en diversos países.

Para simplificar la información y dar una visión de la situación del sector empresarial en Colombia en 2020, se presenta la “Tubería Empresarial”, que indica qué porcentaje de la población adulta colombiana está en cada una de las seis etapas de este modelo. La figura 1 presenta los resultados para Colombia en 2020.

La aceptación sociocultural hace referencia a la percepción positiva que tienen los adultos de la carrera empresarial; el empresario potencial hace relación a la autoevaluación de los adultos sobre el tener al menos una de las competencias básicas (capacidad de identificar oportunidades, capacidad para crear y manejar una empresa, capacidad de correr el riesgo asociado); el empresario intencional hace relación a los adultos que expresan su firme decisión de iniciar una empresa en los próximos 3 años; el empresario naciente es aquel que está en los primeros tres meses de vida activa (pagando salarios o remuneraciones de algún estilo); el empresario nuevo es aquel adulto que ha estado pagando salarios o remuneraciones entre 3 y 42 meses; y el empresario establecido es aquel que ha estado pagando salarios o remuneraciones de algún estilo por más de 42 meses.

Usando los datos del estudio GEM Colombia 2020-2021 que estarán disponible al público en junio, es posible formular algunas recomendaciones tanto para los empresarios, como para el gobierno y para los ciudadanos. 

Los objetivos de los empresarios posiblemente estarán focalizados en:

- La transformación digital como mecanismo que les permita incrementar las ventas y llegar a mercados novedosos para ellos (nacionales e internacionales). Este cambio también les facilitará la reducción de costos por la identificación de nuevos proveedores de los distintos insumos.

- La política financiera los llevará no solo a identificar nuevos mecanismos de financiación, sino también a modificar las condiciones de su operación en términos de políticas de cartera y de cuentas por pagar. Todo ello en búsqueda de la liquidez que les permita transitar hacia la recuperación de sus posibilidades de autofinanciación.

- La formalización, como una estrategia necesaria para poder llegar a nuevos clientes y a nuevos mercados.

- La adaptación de nueva tecnología, Revolución Industrial 4.0, que les permitirá poner en ejecución nuevos métodos de producción y/o de prestación de servicios.

- La creación de una cultura de innovación en la organización.

En el nivel de gobierno, será necesario:

- Diseñar e implementar programas de apoyo financiero y no financiero que permitan a las empresas intentar sus procesos de recuperación.

- Diseñar e implementar medidas temporales que les permitan a las empresas reducir, por un lado, sus costos y, por el otro, diferir el pago de ellos, y así mejorarán las condiciones de liquidez.

- Diseñar conjuntamente con el sector financiero una serie de programas de refinanciación de las deudas empresariales y personales, incluyendo una reducción de las tasas de interés, aun de los créditos viejos.

- Acelerar las campañas de vacunación y de control sanitario de la pandemia, ampliando los procesos de vacunación y de tratamiento de la enfermedad.Impulsar programas de apoyo empresarial que ayuden a los nuevos empresarios a lograr la sostenibilidad de sus iniciativas empresariales y a los empresarios establecidos a reencontrar la senda del crecimiento empresarial.

En el nivel de las personas, será necesario:

- Obedecer las normas sanitarias de control de la pandemia. Ello implica no solo acceder a los procesos de vacunación, sino también proceder a ser más estrictos en los procesos de distanciamiento social y de utilización de medidas de bioseguridad.

- Acostumbrarse a que muchas de las operaciones que se hacían en la calle se deben de hacer ahora en la casa a través de medios digitales.

- Entender que estamos en crisis de guerra y que por lo tanto los recursos familiares deben orientarse a atender las necesidades familiares básicas y, por ello, los consumos suntuarios deberán reducirse significativamente.

- Identificar nuevas formas de trabajo y de generación de ingreso.

Ojalá algunas de estas ideas sean útiles para enfrentar esta pandemia, que todo indica que nos acompañaraá por muchos meses más.