En el estudio “¿Cómo lograr un sector arrocero competitivo para 2030?” Fedesarrollo realiza un profundo diagnóstico del sector, formula recomendaciones a los actores de la cadena productiva y traza la hoja de ruta para que el sector sea competitivo para el año 2030, cuando comienza el libre comercio del producto
Bogotá, marzo 9 de 2021. En el año 2030 podría desaparecer 39% del sector arrocero colombiano (área sembrada, número de productores y de Unidades de Producción Agropecuaria), si no se logran las metas de competitividad que debería alcanzar el país para ese año cuando comienza el arancel cero a las importaciones de arroz, de acuerdo con lo pactado en el Tratado de Libre Comercio entre nuestro país y Estados Unidos.
Esa es una de las principales conclusiones del estudio “¿Cómo lograr un sector arrocero competitivo para 2030?”, entregado hoy por Fedesarrollo y la Cámara Induarroz de la ANDI, que agrupa y representa a los principales industriales del arroz en Colombia.
“Tenemos que estar preparados en términos de ser lo suficientemente competitivos y productivos para que en el 2030 el sector arrocero colombiano produzca la mayoría de su arroz y podamos mantener unas altas áreas cultivadas y podamos además consumir la mayor cantidad de arroz del país. Con este estudio queremos aportar a todos los actores de la cadena una herramienta importante y valiosa para definir y adelantar las tareas indispensables para tener un sector arrocero próspero y consolidado”, dice Bruce Mac Master, Presidente de la Andi.
Según Fedesarrollo, la prioridad para todos los integrantes de la cadena productiva del arroz en Colombia es concertar una agenda de competitividad con objetivos comunes, con visión de largo plazo y con enfoque exportador. Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, dice al respecto que “la competitividad del sector arrocero es el resultado de la interacción de cada uno de los eslabones de la cadena. En el eslabón primario, la competitividad debe evolucionar al ritmo que demanda el mercado actual. La transferencia de tecnologías y conocimiento hacia los agricultores deberá ser una prioridad para cerrar las brechas entre los rendimientos actuales y los rendimientos potenciales. Respecto del segundo eslabón, se deben promover políticas que incentiven mecanismos de crédito para los productores de arroz respaldados por los contratos de adquisición del producto por el comprador, mientras que los actores del tercer eslabón, asociados a las actividades de comercialización, deben enfocarse en estrategias de promoción al consumo diferenciadas según el tipo de consumidor, con el objetivo de generar una demanda nacional más sofisticada que tenga mayor injerencia en la producción. El rol de la política pública también es indispensable, fomentando la provisión de bienes públicos y facilitando la transferencia de tecnologías entre los agricultores de todas las regiones del país”.
“¿Cómo lograr un sector arrocero competitivo para 2030?” se trata del más actualizado estudio en la materia porque recoge el contenido de estudios precedentes y porque se realizó con base en un amplio trabajo de campo, con encuentros y entrevistas con actores institucionales de todos los eslabones de la cadena, en las cinco zonas arroceras del país. Además del diagnóstico, formula un total de 63 recomendaciones y traza la hoja de ruta para lograr el objetivo de tener un sector arrocero competitivo para el año 2030. Complementariamente señala prioridades y acciones a desarrollar para todos los actores del sector arrocero.
El estudio señala el uso de la semilla certificada, la aplicación de buenas prácticas agropecuarias, la mecanización, el uso de la agricultura de precisión y la agricultura climáticamente inteligente, como los ingredientes principales para aumentar los rendimientos por hectárea y ganar eficiencia en la estructura de costos de producción. Destaca igualmente que el país registra importantes avances en competitividad que se evidencian en la actividad de numerosos agricultores que ya han logrado elevar su productividad a los niveles requeridos y que el reto consiste en extender esa capacidad, con la aplicación de nuevas tecnologías e innovaciones agropecuarias, a la totalidad del sector.
“El estudio, elaborado Fedesarrollo con apoyo de Induarroz, establece una hoja de ruta para aumentar la competitividad del sector arrocero” dice el ministro de Agricultura, Rodolfo Zea Navarro. “Muchas de las recomendaciones allí plasmadas se han venido asumiendo bajo el liderazgo del presidente Iván Duque con estrategias de apoyo a la comercialización, financiación para la compra de maquinaria y equipos, provisión de bienes públicos, programas de promoción al consumo, extensión agropecuaria y un plan de ordenamiento a la producción. Con esas bases, en equipo y con la suma de esfuerzos de productores, gremios, industria y gobierno se podrá mejorar la productividad y competitividad del sector en los próximos 8 años”.
Acceda al estudio completo aquí.