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agosto 3 de 2022
Debemos pasar de la identificación de necesidades a la definición de estrategias

El país debe enfocarse en una estrategia de dos carriles: la superación de la pobreza y el robustecimiento de la actividad empresarial

EL EDITORIAL DE BRUCE MAC MASTER, Presidente de la Asociación Nacional de Empresarios

La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) ha sido una organización que a lo largo de su historia ha estado al lado del país. Siempre ha buscado aportar soluciones y poner al servicio de las instituciones y los colombianos su conocimiento y el compromiso de sus empresas afiliadas. 

Como lo hemos manifestado en múltiples ocasiones, las preocupaciones de la sociedad son las mismas de los empresarios. Nuestro deber es defender la institucionalidad y acompañar con propuestas que aporten al bienestar social, ambiental y económico de Colombia. Por eso, desde la ANDI, hemos recogido el inventario de propuestas del sector empresarial de los últimos años, analizando qué se ha hecho y qué no se ha hecho, con el fin de presentarlo al nuevo gobierno. En ese camino pensamos que, para construir un futuro sostenible, debemos pasar de la identificación de necesidades a la definición de estrategias.

Dicho lo anterior, el país debe enfocarse en una estrategia claramente delimitada por dos carriles: la superación de la pobreza y el robustecimiento de la actividad empresarial. Ninguno de los dos carriles puede funcionar independiente del otro; los necesitamos a los dos y necesitamos que avancen a un ritmo similar. Solo de esta forma podremos pensar en un futuro sostenible desde el punto de vista económico, ambiental y social. Es decir, políticas basadas solamente en el desarrollo empresarial no tendrán éxito, como tampoco lo tendrán políticas basadas únicamente en el desarrollo social.

El país tiene que abordar con seriedad y profundidad el estudio y rediseño de la política de superación de pobreza, de forma que se tengan en cuenta elementos como el crecimiento de la misma durante la pandemia, las condiciones macrointernacionales que se están presentando –especialmente respecto a la inflación y su efecto sobre los más vulnerables–, la inclusión en los territorios, la generación de nuevas oportunidades de trabajo en el escenario educativo que requiere la inserción digital, hacer un recuento de todos los programas sociales que se busca focalizar, hacer un ejercicio de contabilización e identificación de beneficiarios de cada estrategia y, por supuesto, la financiación de todo este esfuerzo.

En la misma dirección, la generación de empleo tiene que estar acompañada con políticas de apoyo empresarial. Por parte del sector productivo, responde a la dinámica del crecimiento, a temas de pertinencia y a la posibilidad de contar con trabajadores que respondan a las necesidades de los nuevos modelos de negocios. Sin duda, se tiene que generar más empleo y abrirle oportunidades a la población, en particular a los jóvenes y a las mujeres, que son los grupos que presentan mayores tasas de desempleo. La pandemia nos dejó importantes enseñanzas sobre las ventajas y necesidades de la transformación digital, de la virtualidad y de las nuevas formas de contratación. Allí el país tiene un reto. 

A su vez, es necesario que el país cree condiciones para generar debates que conduzcan a las reformas que verdaderamente se necesitan. Estas reformas ya han sido identificadas y la pregunta más bien sería: ¿por qué no han podido tramitarse y cómo podríamos lograrlo? En ese sentido, nuestra propuesta es desarrollar una estrategia de diálogo social que permita concertar estas reformas. Una estrategia enfocada en abrirnos a discutir los grandes temas nacionales y cómo abordarlos para construir consensos colectivamente. 

Con reformas recientes podemos hablar de lecciones aprendidas en donde la divulgación y concertación en los territorios, la discusión con congresistas, empresarios y, en general, la discusión con los actores relevantes, serían un buen referente.

En resumen, en el logro de los objetivos sociales está el poder asegurar un ambiente estable, justo, propicio y confiable a las actividades empresariales de todos los tamaños, entendiendo el rol primordial que tienen en generar empleo, oportunidades, bienestar y recursos para la nación. Desde el sector empresarial no han faltado esfuerzos para buscar salidas a los no pocos desafíos de los últimos tiempos. En la ANDI, representada por esos empresarios, se converge en ese lugar en el que empresarios grandes, medianos y pequeños se reúnen para construir país. Es por esto que tenemos una decidida voluntad para generar progreso a través de los esfuerzos que hagamos por lo social, lo económico, lo ambiental, el emprendimiento, el comercio, la internacionalización, la innovación, la educación, la transformación digital, la salud, el trabajo, la industrialización y todos los campos que ameriten ser tenidos en cuenta para lograr construir la Colombia que todos soñamos.