La variación del -0,41% del Índice de Seguimiento a la Economía en octubre de 2023, reportado por el Dane, frente al mismo periodo del año pasado, no es una buena noticia para el país, porque muestra un marcado deterioro de la economía colombiana. Las actividades secundarias, donde se incluyen sectores como las industrias manufactureras y la construcción, son los que evidenciaron la caída más fuerte con un decrecimiento del -5,2% respecto al mismo mes del año pasado.
Con este resultado el pronóstico de crecimiento para el cierre de 2023 continúa siendo de alrededor del 1%, una cifra a todas luces insuficiente para cumplir con las metas sociales que tiene el país en un contexto en el que el desempleo en el décimo mes del año cerró en el 9,2% y la informalidad afecta a más de la mitad de las personas ocupadas.
Además, se ha registrado una caída significativa de la inversión. Esto se reflejó en el primer semestre del año cuando la inversión bruta de capital se redujo 24%; pero, además, en la última Encuesta de Opinión Industrial Conjunta de la ANDI, de septiembre, el 39,8% de las empresas señaló que había decidido no llevar a cabo ningún proyecto de inversión en Colombia este año y el 19,3% había disminuido el monto de las inversiones planeadas.
Es muy importante para el país revertir esa situación, ya que solo a través de la inversión, el fortalecimiento empresarial y la promoción del emprendimiento, se lograrán reducir de manera efectiva el estancamiento en el mercado laboral que se ha visto en los últimos meses, y revertir la alta tasa de informalidad que, como mencionaba, prevalece en el país.
Es de anotar que algunos factores que habría llevado a la economía colombiana a los resultados que conocemos hoy, y sobre los que la Asociación ha venido llamando la atención desde hace meses, son: la disminución de la demanda, las altas tasas de interés y los altos costos de producción, todo esto atravesado por la inflación. Otras causas igualmente de la desaceleración se basan en el deterioro en el clima para la inversión y los negocios.
Por esto, desde la ANDI hemos venido haciendo un llamado para que se recupere la confianza en la economía, para lo cual consideramos que es clave que se construya una estrategia de impulso al crecimiento económico, en el corto y largo plazo, que incluya a los diferentes sectores y que, además, se generen las condiciones que reactiven la inversión tanto en lo público como en proyectos conjuntos con el sector productivo.