15 de febrero de 2024. El Dane reportó que el PIB colombiano varió 0,6% en el 2023, en línea con lo pronosticado por la ANDI desde el inicio del año en cuestión, siendo este un resultado que refleja la preocupante desaceleración de la economía colombiana, y que contrasta con el crecimiento del 7,3% registrado en 2022, frente al año anterior.
Las contracciones registradas en sectores como el manufacturero, de -3,5%, y el de la construcción, de -4,2%, frente al 2022, deben ser vistos con atención, pues históricamente estos renglones de la economía han sido intensivos en generación de empleos.
Adicionalmente, inquieta que en 2023 se registró una caída de la formación bruta de capital de -24,8% y, dentro de este, la formación bruta de capital fijo de -8,9%. Además, las importaciones cayeron -14,7% y la demanda interna -3,8%.
Esto pone en evidencia, una vez más, la necesidad de ejecutar de manera urgente una estrategia de crecimiento económico que incluya, no solo iniciativas en el corto plazo, sino también propuestas para el mediano y largo plazo. Para ello, será necesaria una política monetaria más flexible, de modo que la tasa de interés permita un aumento en la demanda y, a su vez, un mayor crecimiento.
Es claro que propiciar un ambiente de certidumbre y confianza para la inversión se debe convertir en una prioridad, involucrando a todos los actores del mundo productivo. En esta línea, hacemos un llamado para que se reactiven de manera efectiva los sectores de infraestructura, construcción, salud e industria, que son los más afectados, generando condiciones de seguridad jurídica, confiabilidad, trámites y licencias.
Adicionalmente, es el momento de generar condiciones de seguridad jurídica en términos del Presupuesto General de la Nación, en el sector vivienda y en la ejecución de infraestructura; pues, de lo contrario, veremos efectos similares a los del 2023 en el 2024, con efectos sobre la actividad económica y, aún más importante, sobre el empleo de los colombianos.