El transporte de carga en entornos urbanos ha sido uno de los flagelos en la competitividad empresarial. ¿Cuáles estrategias podrían plantear un mejor panorama?
La producción, el abastecimiento y el desarrollo de las interacciones económicas en el espacio geográfico dependen estrechamente del transporte y los sistemas de movilidad. Si a este cuadro se suma que cerca del 80% del comercio global y la generación de productos se origina, atraviesa o tiene como destino un área metropolitana, se hace necesario contar con estrategias dirigidas a optimizar la cadena de suministro en la Última milla con acciones estatales dirigidas a la optimización de infraestructura para el movimiento de bienes y servicios en las ciudades. El caso de Colombia no es una excepción, pues la economía colombiana concentra 76% de su población en zonas urbanas.
La Encuesta de movilidad de 2015 reveló que en Bogotá cada día se realizan 12,7 millones de viajes, y entran y salen de la ciudad 28.049 camiones. Por su parte, la misión del Departamento Nacional de Planeación estimó que cruzar las ciudades puede tardar 119 minutos en el caso de Bogotá, 91 en Medellín, 82 en Barranquilla y 45 en Cartagena.
En este sentido, los sistemas metropolitanos de abastecimiento y distribución de bienes y servicios para la ciudad operan en dos escalas: como un flujo de bienes que entra y sale de un área metropolitana, y como un flujo de movimiento de carga dentro de la ciudad misma. Estos sistemas están soportados generalmente por infraestructura deficitaria en vías terrestres, férreas e incluso fluviales, que deben funcionar de manera cohesionada.
El éxito y, en mayor medida, la competitividad de la logística de transporte de carga en las ciudades dependerá de las estrategias coordinadas entre varios actores clave, entre ellos las diferentes administraciones municipales, que deben cumplir con el rol de generar la política pública para armonizar el uso de suelo urbano y mediar en el complejo trade-off, existente entre el abastecimiento de carga y la movilidad de las personas en las ciudades.
Para analizar la situación actual y establecer lineamientos básicos, con el objetivo de aumentar la eficiencia en el transporte de carga de última milla, la ANDI, en convenio con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), desarrolló la acción de formación Gestión del transporte para el abastecimiento y distribución de la carga en ciudades. Así se pretende fomentar procedimientos de consulta, dar a conocer herramientas gerenciales e integrar a tomadores de decisiones y agentes involucrados en la definición de una estrategia de trabajo colaborativo que se oriente a la solución de problemas generados por el transporte para el abastecimiento y distribución de carga urbana.
Esta formación giró en torno a cuatro puntos estratégicos, en los que se pueden implementar buenas prácticas público-privadas: calidad de vida y uso compartido de la infraestructura; abastecimiento en conjuntos habitacionales o comerciales masivos; sostenibilidad ambiental en la distribución para el abastecimiento; y coordinación institucional e implementación de tecnologías.
Como principales impactos derivados de la aplicación de las estrategias concebidas, se denota la importancia que tiene la logística urbana como componente crítico en el funcionamiento de una ciudad, la reducción de la congestión, la sostenibilidad ambiental, la mejora en planeación urbana, la productividad económica y la calidad de vida. Todo esto configura un aporte, desde el sector privado, al enriquecimiento del diálogo interinstitucional con las administraciones municipales para la construcción de una logística eficiente en las ciudades.
Estrategias para una mejor movilidad de carga
Calidad de vida y uso compartido de la infraestructura
Desafíos
Estrategias
Abastecimiento en conjuntos habitacionales o comerciales masivos
Desafíos
Estrategias
Sostenibilidad ambiental en la distribución para el abastecimiento
Desafíos
La industria del transporte de carga emite cerca del 40% de las emisiones de PM10, pues se realiza con vehículos cuyo principal combustible es diésel. Deben implementarse modelos que optimicen las entregas de la flota, además de llevar a cabo estrategias que involucren vehículos ambientalmente amigables.
Estrategias
Desafíos
Estrategias
Édgar Octavio Higuera Gómez
Gerente de Logística, Transporte e Infraestructura de la ANDI
Artículo publicado en la Revista A. Acceda a la última edición aquí.