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septiembre 12 de 2024
Economía en transformación

La ANDI ha sido protagonista en la historia económica del país y actor clave en la mejora continua de indicadores como el del PIB.

 

IMELDA RESTREPO Vicepresidenta de Desarrollo Económico y Competitividad de la ANDI.

La ANDI cumple 80 años, por lo que es un buen momento para recordar cómo ha impactado a la economía del país y reflexionar sobre qué ha pasado en nuestras empresas en estas ocho décadas. Hace 80 años, las noticias empresariales giraban alrededor del impacto del café y sus precios sobre la economía, y se hablaba de un manejo cambiario sujeto a los vaivenes del mercado mundial del grano, es decir, éramos un país monoexportador.

En la década de los cuarenta, las empresas del país miraban al mercado interno, no se hablaba de cadenas y los temas de encadenamientos, transparencia en la información e innovación no eran parte de la discusión; en fin, era otra época y otras empresas.

Hoy estamos en un momento histórico distinto y ante otro tipo de empresas. Se habla de multilatinas, las empresas buscan integrarse en las Cadenas Globales de Valor, la información oportuna es una necesidad en la toma de decisiones y la inteligencia artificial dejó de ser un tema novedoso y se convirtió en un reto. La transformación digital también es parte de esta realidad: tenemos una generación que nació digital y próximamente será parte activa en nuestras empresas.

En esta historia económica, la ANDI ha sido un pilar fundamental. Veamos algunos ejemplos, sin pretender hacer un recuento de toda la historia de la Asociación. En los noventa, con la Constitución de 1991, participó activamente con propuestas y análisis de su impacto. Así mismo, la apertura fue otro hito importante en la historia del país de esa década. La asociación acompañó a los empresarios en su búsqueda de nuevos mercados, en la adaptación a condiciones más exigentes y, posteriormente, en la negociación de los tratados de libre comercio, así como en su administración, en la identificación de riesgos y oportunidades, y en la respuesta a prácticas desleales de comercio.

Al recorrer los últimos 80 años del país, nos encontramos con múltiples vaivenes donde se ha atravesado por períodos de auge y unos pocos períodos recesivos, y se ha tenido la necesidad de enfrentar grandes desafíos políticos, económicos, de seguridad y globales. En todos estos retos ha sido importante contribuir con propuestas para impulsar la economía o aprovechar los períodos de auge, y analizar nuevas tendencias y difundirlas entre los empresarios y el Gobierno. Nuestra biblioteca cuenta con un sinnúmero de documentos económicos, jurídicos, sectoriales y ambientales, entre otros.

El resultado es un país que durante las últimas décadas ha podido mostrar, en promedio, excelentes resultados económicos y sociales. En general, hemos mantenido crecimientos del orden de entre el 3 % y el 4 %, nuestro PIB per cápita se ha multiplicado, estamos ante una economía abierta y, lo más importante, nuestros indicadores sociales han mejorado.

Al recordar los últimos ochenta años es relevante resaltar la importancia de las relaciones y alianzas público-privadas. La incidencia de la actividad gremial sobre el desarrollo económico y social del país se ha logrado de diversas formas, principalmente aportando análisis y propuestas con contenido técnico, de tal forma que podemos decir que en la ANDI tenemos un tanque de pensamiento en áreas económicas, jurídicas, ambientales, sociales y de comunicación. Asimismo, se han aprovechado otros escenarios de diálogo, como son la relación con el Congreso y los diálogos con el Presidente y sus ministros. Aquí es de resaltar el avance en estos años del diálogo tripartito, donde hoy tenemos la mesa de concertación laboral.

En este breve recuento histórico conviene detenernos en un hecho reciente: la pandemia de 2020. Durante este episodio fue evidente la fortaleza que tienen las relaciones fluidas al interior del sector empresarial y entre los sectores público y privado. Se logró amortiguar el impacto de esta crisis impulsando los encadenamientos con proveedores locales, facilitando la movilidad, aliviando los problemas financieros, desarrollando una clara estrategia de salud pública y buscando preservar los empleos.

Los empresarios también son un actor fundamental. Difícilmente se puede concebir un país pujante si no hubiéramos tenido los grandes visionarios de hace unos años o si no contáramos hoy con los empresarios y emprendedores que siguen creando empresa, asumiendo riesgos e invirtiendo. Este papel del empresario en la sociedad debe ser reconocido, promovido y continuar siendo parte de nuestra historia.