SANTIAGO PINZÓN Vicepresidente de Transformación Digital de la ANDI
En 1940, en Bletchely Park “nacía” la informática y la inteligencia artificial. Fue el lugar donde Alan Turing diseñaría la famosa “bombe”, una máquina electromecánica que cambiaría el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Allí se construirían las bases para la revolución informática y los avances en inteligencia artificial que definirían la segunda mitad del siglo XX y los primeros pasos de lo que estamos experimentando con ChatGPT o Gemini hoy.
En 1944, solo cuatro años después, nacería la ANDI en Medellín para trabajar durante estas ocho décadas de existencia en la cocreación de políticas, programas y acciones, anticipando y respondiendo a los cambios económicos y sociales. Es por ello que hoy ejerce la voz de los empresarios de la industria digital y servicios y lidera la agenda de Transformación Digital con un propósito específico: lograr que Colombia sea un país innovador y digital.
Antecedentes
Entre 1940 y 1960, Colombia comenzó a sentar las bases de su infraestructura tecnológica con la introducción de los primeros sistemas de telecomunicaciones. La creación de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Telecom) en 1947 fue un hito que marcó el inicio de una era en la comunicación telefónica, que se expandió a lo largo del país. Durante esos años se avanzó de manera importante para conectar las principales ciudades y regiones, facilitando la comunicación y el intercambio de información.
Hoy, el mundo, Colombia y buena parte de los países de nuestra región se encuentran en plena implementación de la quinta generación de telecomunicaciones (5G), la cual se constituye en un salto cuántico para la calidad de vida y la productividad. Se estima que América Latina registrará 425 millones de conexiones 5G para 2030. Nuestra región ya tiene 465 millones de suscriptores móviles únicos, es decir, una penetración del 72 %, con 418 millones de usuarios de internet móvil, y el 80 % de la población tiene un smartphone.
Según MINTIC, a enero de 2024 nuestro país registró una penetración de internet del 75,7 %, con 39,51 millones de usuarios conectados a la red; con el 70 % de los hogares con acceso a internet; con 36,7 millones de usuarios activos en redes sociales, lo cual representa el 70,3 % de su población total; y con un 76 % de la población utilizando un teléfono inteligente. De acuerdo con el índice de apropiación digital del Centro Nacional de Consultoría, en 2023 aproximadamente el 44 % de la población había realizado transacciones con una billetera digital. Si bien nos falta mucho, ya podemos decir que tenemos ciudadanos de internet.
Desarrollo tecnológico
En los años sesenta llegaron las computadoras, lo cual representó un cambio radical en el ámbito empresarial y gubernamental. Las primeras, aunque limitadas en capacidad y alcance, empezaron a ser utilizadas por grandes empresas y entidades gubernamentales para mejorar la eficiencia operativa. A finales de los años setenta, la informática comenzó a integrarse en las universidades y centros de investigación, lo que fomentó la formación de profesionales capacitados en tecnología. Fue en 1975 que se creó, por ejemplo, Microsoft en Albuquerque (Nuevo México, EE. UU.). En los años ochenta, las computadoras personales (PC) comenzaron a llegar a Colombia, principalmente a través de importaciones de marcas como IBM, Apple y Commodore, y eran utilizadas inicialmente en oficinas y entornos académicos. Fue en 1982 con Multipla que se dieron las primeras versiones de un sistema para hacer cálculos, pero fue en 1985 que se lanzó el famoso Excel solo para computadoras Apple Macintosh. En 1983 se creó Word, el software para procesamiento de texto, también de Microsoft.
En la década de 1990 se establecieron las bases de la revolución tecnológica que estamos viviendo con el crecimiento de internet y el despliegue global de redes de telecomunicaciones, que impulsó su masificación.
La masificación del acceso a internet y la digitalización de la información motivaron el desarrollo de una economía global conectada, en la que ciudadanos, empresas y gobierno intercambian información, se comunican y realizan transacciones. En Colombia, fue en 1994 cuando la Universidad de los Andes se conectó a internet por primera vez, marcando el inicio de la era digital en el país. Esta década también vio el surgimiento de los primeros proveedores de servicios de internet (ISP), lo que permitió a un número creciente de colombianos acceder a la red mundial. En el mundo, en 1994 nace Cadabra – lo que luego se llamaría Amazon, en 1997 se crea Netflix, en 1998 Google y en 1999 se lanza el Blackberry, mientras en Latinoamérica nace también la plataforma Mercado Libre en Argentina.
Resiliencia y adaptabilidad
En las dos primeras décadas del siglo XXI hemos sido testigos de la inversión en infraestructura digital y el surgimiento de nuevos modelos de negocio. Por ejemplo, en nuestro vecindario nace Globant, el unicornio argentino que ya tiene 6.000 empleos en nuestro país; y en 2004 crean Facebook, en 2005 YouTube, Spotify en 2006, en 2007 se lanza el IPhone y en marzo de 2009 se crea Uber. En Colombia, fue en 2014 que nacieron Pltatzi y luego Rappi, en 2015.
Todas esas compañías y muchas otras están cambiando y creando ecosistemas digitales como Fintech, HealthTech, EdTech, GovTech, AgroTech y ProPtech, por mencionar algunos, que se soportan en las tecnologías digitales emergentes y por consiguiente se fundamentan en el uso intensivo de datos. En Colombia ya existen 1.720 startups ofreciendo nuevas soluciones de estos ecosistemas digitales.
Por todo lo anterior y de acuerdo con la encuesta de la ANDI, el 80 % de las compañías entienden que se deben hacer procesos de transformación digital y el 47,6 % tendrá un modelo de negocio digital en aproximadamente cinco años, por lo que hay un crecimiento de la computación en la nube, el big data, la analítica de datos, el internet de las cosas, la inteligencia artificial y el desarrollo de blockchain, así como los retos y oportunidades en ciberseguridad. Tenemos un nuevo ciudadano y consumidor digital, así como organizaciones más innovadoras y productivas, con nuevos productos y servicios, que atraen inversión y generan empleo.
Esta adopción está impulsando el desarrollo de una economía digitalizada con impactos relevantes en la sociedad. Estamos viviendo una revolución digital que seguirá transformado todo y que explica claramente el impacto de la Cuarta Revolución Industrial: la integración del mundo físico, digital y biológico.
Vocería y liderazgo
Paralelo a esta evolución tecnológica, la ANDI, en las primeras dos décadas del siglo XXI, ha dado pasos fundamentales en vocería y agenda gremial al crear con diferentes empresarios en 2009 la Cámara de Industria Digital y Servicios de la ANDI (CIDS), originalmente llamada Cámara de Servicios Tecnológicos y, posteriormente, Cámara de BPO/ITO/KPO. Su objetivo es proponer planes, programas, proyectos y acciones para mejorar la competitividad n el país, apalancados en la industria digital y de servicios como el principal agente transformador de vida para los colombianos y vital promotor de la eficiencia y crecimiento del país. CIDS ya representa más de 750.000 empleos en el país.
Fue en 2016 cuando el Foro Económico Mundial (WEF) dedicó de manera específica la reunión anual en Suiza a lo que denominó “La Cuarta Revolución Industrial: Cómo la tecnología está transformando las industrias, los gobiernos y la sociedad”, lo cual marcó un punto de inflexión en la forma en que el WEF abordaba el impacto de las tecnologías digitales en el mundo.
En concordancia, la ANDI creó ese mismo año la Vicepresidencia de Transformación Digital para impulsar una agenda estratégica de cinco pilares: conectividad digital, economía digital, talento digital, negocios e innovación digital, y gobierno digital. Todo esto con la premisa de promover un cambio de mentalidad que permita mejorar la calidad de vida y la productividad, fortalezca el liderazgo empresarial y facilite la apropiación tecnológica y el uso de soluciones exponenciales con el propósito de desarrollar productos y servicios que conlleven al cumplimiento de los ODS.
Un futuro prometedor
Hace unos días, el economista Camilo Herrera, presidente de la firma consultora Raddar, nos compartía un dato muy importante en la Junta de la Cámara de Industria Digital y Servicios de la ANDI: “la industria de información y tecnología, en los últimos años, ha realizado algo impresionante: pasar de representar el 2,8 % del PIB (2007) al 3,2 % (2023), logrando mejorar la productividad de muchos sectores”.
La transformación digital es crítica porque impacta de manera fundamental la forma en que las empresas operan, innovan y se relacionan con sus clientes. Es estratégica porque requiere liderazgo y una visión a largo plazo para aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías emergentes. Y es transversal porque afecta a todas las áreas de la organización, desde los procesos internos hasta la experiencia del cliente. Por lo tanto, es fundamental que las empresas colombianas aborden la transformación digital de manera integral y prioritaria para mantener su competitividad y adaptarse a las demandas de un mercado cada vez más digitalizado.
Al celebrar sus 80 años, la ANDI no solo mira hacia atrás con orgullo, sino que proyecta un futuro lleno de oportunidades. La asociación continúa trabajando para fortalecer la competitividad del sector empresarial colombiano, promoviendo la integración digital, la sostenibilidad y la internacionalización de las empresas. Su visión de un sector empresarial sólido y sostenible sigue siendo una guía para las futuras generaciones de empresarios.
En conclusión, la ANDI ha sido y sigue siendo un actor clave en la transformación de Colombia. Su impacto se refleja no solo en el crecimiento económico, sino también en el fortalecimiento de una sociedad más justa y equitativa. Celebrar sus 80 años es reconocer la importancia de una institución que, con visión y determinación, ha contribuido significativamente al progreso del país. ¡Felices 80 años, ANDI!