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septiembre 16 de 2024
Comentario de Bruce Mac Master, Presidente de la ANDI frente a los resultados de la Encuesta Mensual Manufacturera de julio de 2024

De acuerdo con lo reportado por el Dane, en julio de 2024 la producción industrial registró un crecimiento del 2%, las ventas reales tuvieron una variación de 0,7% y el personal ocupado se redujo en -0,9% frente al mismo mes del 2023.

Sin embargo, entre enero y julio la producción real cayó en -2,9%, las ventas reales en se redujeron en -2,8% y el personal ocupado disminuyó en -1,3%.

De hecho, en los primeros siete meses del año se registró que, de las 39 actividades industriales reportadas en la encuesta, solo 9 tuvieron variaciones positivas en la producción; en contraste, los sectores con mayores disminuciones en su producción fueron: fabricación de vehículos automotores y sus motores (-23,6%), fabricación de partes, piezas (autopartes) y accesorios (lujos) para vehículos (-20,4%) y fabricación de productos de caucho (-16,7%).

Este panorama es un síntoma de la desaceleración de la economía y un estancamiento en la empleabilidad que no varía significativamente, para efectos prácticos no crece, en un escenario en el que se requieren señales claras que generan confianza y condiciones apropiadas para invertir en el país.

En lo que resta del año 2024, el panorama sigue siendo incierto ya que en el Congreso de la República están en trámite varios proyectos de ley. Entre ellos, el anuncio de reforma laboral que afecta de manera especial la generación de empleo de la Industria Manufacturera al incrementar los costos laborales, como lo son los recargos nocturnos y dominicales y festivos. Igualmente preocupante es el hecho de se presentó un Presupuesto General de la Nación (PGN) por 523 billones de pesos, que incluye una Ley de Financiamiento por 12 billones, que pone en riesgo la economía, lo que genera mayor incertidumbre en el aparato productivo del país, al aumentar, por ejemplo, la tarifa mínima de tributación para las empresas, el impuesto de ganancias ocasionales generando incentivos a la informalidad, o impuestos adicionales al patrimonio dirigidos a la clase media colombiana, afectando a la clase media colombiana y su poder adquisitivo,  haciendo que se aplacen proyectos de inversión en sectores vitales en el país, como es el de la construcción.

Desde la ANDI, hemos venido insistiendo que es necesario implementar urgentemente una estrategia de crecimiento que impulse la actividad económica y la generación de empleo. Estos dos aspectos no están plasmados en el Proyecto de Ley del Presupuesto ni de la reforma tributaria, como lo había anunciado el Gobierno Nacional. Y de esta manera dichas propuestas son insuficientes para impulsar a la industria y no buscan cambios estructurales, por lo cual reiteramos nuestra visión de que la mejor reforma es la de hacer crecer la economía.