El Dane reveló hoy los resultados de la Encuesta Mensual Manufacturera de septiembre de 2024, en la cual se registró que la producción industrial disminuyó en -4,2% y las ventas industriales cayeron en -3,8% frente al mismo mes del 2023, evidenciando nuevamente un panorama complejo por el que atraviesa la actividad industrial con impactos negativos sobre el crecimiento económico y la generación de empleo.
Específicamente en el noveno mes del año, de las 39 actividades económicas medidas, 27 registraron variaciones negativas en la producción, siendo de las mayor afectadas la Fabricación de carrocerías para vehículos (-20,2%), la Fabricación de artículos de viaje (-19,3%), la Fabricación de productos farmacéuticos (-19,2%), el Curtido y recurtido de cueros (-17,1%), entre otras. Preocupa en particular la situación del sector farmacéutico derivada por la actual coyuntura del sistema de salud ante la reforma que se discute en el Congreso.
En la misma dirección, en el periodo enero-septiembre la producción y ventas reales cayeron -2,9% respectivamente. Al analizar este resultado, encontramos que en los primeros nueve meses del año la industria automotriz ha atravesado una situación compleja, con caídas en la producción de vehículos y autopartes del -44,1% y de -20,9%, respectivamente. Además, la situación de las ventas reportó caídas del -26,2% y -19,2% en estos dos subsectores.
Por el lado del empleo, también se presenta una caída entre enero y septiembre con una disminución de -1%. Se presentaron pérdidas significativas en el empleo en el periodo analizado de -24,8% para la Fabricación de vehículos automotores y sus motores, y de -15,3% en la Fabricación de partes, piezas (autopartes) y accesorios (lujo) para vehículos.
Desde la ANDI, hemos estado monitoreando el comportamiento de la industria manufacturera durante los dos últimos años y los datos evidencian un panorama complejo de la actividad industrial. Por lo anterior, hemos venido insistiendo en la urgente necesidad de implementar una estrategia de crecimiento que impulse de manera decidida la actividad económica y la generación de empleo.
La alta incertidumbre política, económica y jurídica que enfrenta el país son un obstáculo para contar con un clima favorable para la inversión. Las múltiples reformas que se han presentado en el Congreso generan inestabilidad macroeconómica, afectando el crecimiento económico, la generación de empleo y la sostenibilidad de las finanzas públicas.
En ese sentido, consideramos que es necesario que las reformas cuenten con una evaluación de impacto que permita dimensionar los efectos que tendrán sobre la economía, la generación de empleo, el dinamismo de la actividad económica y el consumo de los hogares. Por lo anterior, reafirmamos que la mejor reforma para el país es hacer crecer la economía.