El sector de electrodomésticos en Colombia está conformado por empresas innovadoras de diferentes orígenes, entre ellas una industria nacional que tiene una alta participación en el mercado. La contribución del sector trasciende lo económico: impacta la vida de las familias en aspectos ambientales, en la calidad de vida cotidiana, en el ahorro en los servicios públicos y también en lo social. 

Las empresas que hacen parte de este sector tienen grandes retos en el contexto nacional e internacional de hoy, puesto que no son ajenas a la guerra comercial, los altos costos logísticos, los anuncios en materia tributaria y el cambiante entorno regulatorio. Pese a ello, este sector no se limita a adaptarse, sino que va más allá, constantemente desarrolla e innova, con el propósito de dar mayor valor a los consumidores y, en particular, a las familias colombianas.

Un ejemplo claro de cómo el sector ha ido más allá es el Reglamento Técnico de Etiquetado (RETIQ), el cual entró en vigencia el 31 de agosto de 2016. Aunque para muchos puede parecer solo una etiqueta en un refrigerador, un aire acondicionado, una estufa u otro aparato, en realidad representa un cambio profundo: los electrodomésticos que cumplen con esta norma consumen menos energía que los fabricados años atrás. En la práctica, esto se traduce en ahorros en las facturas de los servicios públicos de los hogares colombianos (tabla 1 y 2). Por supuesto, no todos los electrodomésticos tienen el mismo ahorro o, en otras palabras, la misma eficiencia; precisamente, la etiqueta muestra a través de letras el nivel de consumo del aparato para que el consumidor tenga en cuenta otro factor dentro de su decisión de compra.

La adopción de esta regulación nace de un conjunto de variables, como la experiencia internacional, la necesidad de impulsar la eficiencia energética en Colombia, y, sobre todo, como una iniciativa de las empresas afiliadas a la Cámara del Sector de Electrodomésticos de la ANDI, que buscaron ofrecer productos innovadores y ajustados a las nuevas necesidades energéticas del país.  

El aporte del sector también se refleja en el manejo gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos – RAEE. Con la expedición de la Resolución 851 de 2022, se establecieron obligaciones claras para los fabricantes e importadores de aparatos eléctricos y electrónicos en materia de tratamiento ambiental.

La gestión ambiental no consiste simplemente en almacenar y disponer correctamente los residuos; implica reparar equipos, reutilizar materiales para la fabricación de otros productos, tratar adecuadamente los componentes peligrosos, y, de manera clave, concientizar al consumidor sobre la importancia de la correcta disposición final de los aparatos.

En 2024 la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) validó la gestión de casi 540 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (tabla 3). Si bien es el primer año de la entrada en vigencia de la resolución mencionada anteriormente, cabe resaltar que esta cantidad se incrementará significativamente en los próximos años. Esto se debe a que productos como pilas y computadores ya contaban con obligaciones de gestión ambiental antes de esta norma, mientras que otros como los refrigeradores apenas comenzaron a estar regulados. Vale destacar que, incluso antes de la obligación legal, varias empresas de electrodomésticos ya habían implementado de forma voluntaria programas de gestión ambiental para neveras, reconociendo la importancia de promover buenas prácticas en sostenibilidad.

Es importante mencionar, que más allá de la gestión de residuos, algunas compañías del sector ya avanzan en ecodiseño, una tendencia internacional que incorpora, desde la concepción del producto, el uso de materiales reciclados, la reparabilidad, la eficiencia energética y el ahorro de recursos como el agua, entre otras características.

Estos avances demuestran que las empresas del sector no se limitan a cumplir con las regulaciones, sino que buscan anticiparse. Hoy, las discusiones dentro de la cámara incluyen temas como inteligencia artificial aplicada a los electrodomésticos, nuevos enfoques de la eficiencia (más allá de la energética), seguridad en el uso de los aparatos, vigilancia y control de calidad en el mercado y la adopción temprana de estándares internacionales como el ecodiseño.

Sin embargo, persiste un desafío: que los debates regulatorios y legislativos en torno al sector se den sobre bases técnicas sólidas. En ocasiones se han presentado iniciativas con buenas intenciones, pero sin sustento técnico suficiente, lo que puede generar riesgos para la competitividad de la industria.

Con todo lo mencionado anteriormente, el sector de electrodomésticos ha demostrado su compromiso con la innovación, la sostenibilidad y la calidad de vida de los colombianos. Desde la Cámara del Sector de Electrodomésticos de la ANDI, y junto con nuestras empresas afiliadas, seguiremos trabajando para hacer MÁS PAÍS