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junio 24 de 2021
Se requiere inversión y decisiones de Estado para que Latinoamérica avance en autonomía sanitaria

Así lo concluyeron los expertos del panel “Fortalecimiento de capacidades de producción local, un objetivo de salud pública de nuestra región”, en el marco del tercer día del Foro de la Salud y 27º Foro Farmacéutico de la ANDI.

Bogotá, 24 de junio de 2021. En la actualidad América Latina representa alrededor del 6% del mercado de medicamentos a nivel mundial y, en medio de la pandemia del Covid-19, que puso en evidencia la desventaja que tiene la región para abastecerse de manera rápida de vacunas para inmunizar a su población en comparación con los países más desarrollados, se ha reabierto el debate sobre la autonomía sanitaria.

Este fue el tema central del panel “Fortalecimiento de capacidades de producción local, un objetivo de salud pública de nuestra región”, en el que participaron Moisés Wasserman, académico e investigador; Tiago Rocca, gerente de Alianzas Estratégicas y Desarrollo de Negocios en el Instituto Butantan de Brasil; Jaime Uribe, director general del Grupo Probiomed en México y Paulo Etcheverry, gerente general de Laboratorios Siegfried.

De acuerdo con Moisés Wasserman, para entender el rezago colombiano en este aspecto, se debe ver el contexto histórico del problema, pues, aunque en el pasado sí se produjeron vacunas en el país, “las instituciones que lo hacían se fueron quedando atrás, trabajando con metodologías antiguas y no había un interés lo suficientemente decidido desde las autoridades como para hacer las inversiones que se necesitaban para mantener esos medios de producción”, explicó.

De este modo considera que, si bien la capacidad de producir vacunas de distintos tipos debe ser pensada como un asunto de seguridad nacional, se requiere hacer inversiones considerables tanto para apoyar la investigación de manera efectiva, como para contar con la infraestructura necesaria.

“Así mismo, hay que decir que el Estado debe reflexionar sobre el modo como puede estimular la producción local, pues en Colombia somos frágiles en ese sentido y eso se traduce en falta de competitividad”, señaló Wasserman.

Por su parte, Tiago Rocca planteó que tanto en Colombia como en Suramérica debe haber un trabajo conjunto entre la esfera pública y privada, tanto a nivel interno de cada país, como internacional, que permita no solo el trabajo articulado con miras a lograr un mismo objetivo, sino “para que se puedan planear inversiones a largo plazo, a diez o veinte años, pues ese es el tiempo que toma hacer investigación y se debe ser consecuente con esa realidad”, aseveró.

Jaime Uribe además señaló que “Estamos en un momento en que la vacunación es atractiva y coyuntural por la pandemia, pero esto se nos va a olvidar, y sabemos que el Covid-19 no será la última pandemia que debamos enfrentar. Esta vez tuvimos suerte pues se pudieron desarrollar vacunas rápidamente, algunas financiadas por estados, otras por privados, pero lo más importante debe ser fortalecer a la industria farmacéutica para estar preparados e incluso anticiparnos a próximos episodios como estos”.

Agregó que los países de Latinoamérica además deben trabajar de manera conjunta para invertir en completar cadenas productivas, “de modo que no solo pensemos en los biológicos, sino en que entre países nos complementemos en la producción de los insumos que se requieren; podernos compaginar, compartir capacidades y tecnologías para ser una región independiente”.

Finalmente, Paulo Etcheverry resaltó que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, con corte al 15 de junio de 2021, en el mundo se estaba trabajando en 287 proyectos de vacunas contra el Covid-19, tanto en fase clínica y como pre-clínica, lo que sin lugar a dudas debe ser entendido como una revolución científica nunca antes vista y un “fenómeno geovacunopolítico, que ha replanteado muchos paradigmas”, concluyó.