El programa posconsumo creado por la ANDI nació en 2009 y a la fecha se han logrado recolectar más de 241 millones de pilas para hacer una correcta disposición de estos residuos.
Bogotá, 7 de mayo de 2025. Pilas con el ambiente es el programa posconsumo creado por la ANDI para dar un manejo ambientalmente adecuado a las pilas y acumuladores usados en Colombia, que nació en el 2009 como una iniciativa del sector empresarial y que, a la fecha, ha logrado recolectar más de 4.500 toneladas de estos materiales, lo que equivale a más de 241 millones de pilas que podrían conformar 3,5 torres Colpatria.
Pero el objetivo de esta iniciativa no se limita a la recolección de estos objetos, sino que se ha emprendido una investigación que busca lograr reciclar las pilas gastadas, principalmente alcalinas y de Zn–carbón, para recuperar la “masa negra”, un subproducto rico en óxidos de zinc y manganeso.
A través de la integración de procesos hidrometalúrgicos optimizados, que incluyen etapas de lixiviación, separación, purificación y cristalización, se ha demostrado, en estudios preliminares, el potencial de extraer metales de alta calidad para ser reutilizados en la agricultura.
En otras palabras, esta masa negra extraída de las pilas se podría transformar en un fertilizante foliar avanzado que aportaría de manera directa micronutrientes esenciales a los cultivos.
“Este proceso integra los principios de la economía circular, permitiendo reintroducir materiales valiosos en la cadena productiva agrícola, y se distingue por operar a bajas temperaturas y con menor impacto ambiental, en comparación con los métodos tradicionales. Continuar esta investigación con ensayos más detallados y pruebas de campo, será fundamental para avanzar hacia nuevos hitos que aporten a la sostenibilidad en Colombia, permitiendo afianzar la propuesta como una solución integral a la problemática de residuos electrónicos en el país y el mundo”, explicó Alberto Ladino Hernández, director ejecutivo de Pilas con el Ambiente.
Y agregó que “La implementación de esta tecnología podría servir como modelo para otros sectores, demostrando cómo la valorización de residuos puede generar beneficios tanto ambientales como económicos, promoviendo una transición hacia prácticas agrícolas más sostenibles y un futuro con menor impacto ambiental”.