Bogotá, 18 de enero de 2019. Una realidad sobre los conservantes, y en general los aditivos alimentarios, es que cumplen funciones tecnológicas en los productos alimenticios y son inocuos cuando se utilizan responsablemente en las cantidades recomendadas por las autoridades sanitarias y referentes científicos internacionales. Además, la comunidad científica ha demostrado que un mayor nivel de procesamiento no significa peores tipos de alimentos.
En los últimos años ha crecido en la sociedad la impresión de que los conservantes son dañinos para la salud y que además son artificiales e innecesarios. Sumado a lo anterior, la denominación de alimentos ultraprocesados ha venido ganando equivocadamente espacio entre los consumidores, como alimentos nocivos para la salud.
Por lo anterior y para romper con estas falsas creencias, la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI presenta cinco mitos falsos sobre los conservantes y los alimentos ultraprocesados:
1- “Todos los conservantes son artificiales”. Falso.
Realidad: el uso de conservantes está ligado a la evolución humana. Estas son sustancias que tienen la capacidad de detener o minimizar el deterioro causado por microorganismos, y pueden estar presentes naturalmente o ser adicionados intencionalmente a los alimentos. Los conservantes de origen natural se obtienen principalmente de las hierbas, plantas y especias. Así mismo, existen técnicas de conservación naturales con productos como la sal, el azúcar y el vinagre, y técnicas como el secado y ahumado.
2- “Los conservantes solo se utilizan para preservar los alimentos”. Falso.
Realidad: una de las funciones más importantes de los conservantes es proteger los alimentos de la contaminación microbiana y prolongar su vida útil, para que puedan mantenerse en perfectas condiciones hasta su momento de consumo. Adicional a esto, los conservantes también nos permiten contar con alimentos en cualquier momento del año, más allá de los tiempos de cosecha; tener una mayor oferta de alimentos, lo que nos permite evitar la dependencia únicamente a los productos de temporada, beneficiando así la calidad de la dieta y la seguridad alimentaria de las personas. Así mismo, con los conservantes es posible prolongar la durabilidad de los alimentos, reduciendo el desperdicio de los mismos e impactando positivamente en el cuidado del medio ambiente.
3- “Entre más procesados sean los alimentos más daño causan a la salud”. Falso.
Realidad: procesar ciertos alimentos es fundamental para preservar y mantener seguro lo que consumimos. El mundo, y Colombia, se basa en marcos normativos que dictan entidades como el CODEX Alimentarius (organismo establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la OMS, y el Ministerio de Salud y Protección Social; quienes definen el actuar de la industria de alimentos. Según los expertos, la clasificación de alimentos “ultra procesados” es un error técnico, ya que no existe evidencia científica creíble que respalde este concepto.
De acuerdo con Camilo Montes, director de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI, “la definición de “ultraprocesados” sataniza a algunos grupos y, adicionalmente, ataca los esfuerzos de investigación y desarrollo en el país para la creación de nuevos alimentos. Un ejemplo de esto es la Bienestarina, un producto que ha traído grandes beneficios a miles de niños colombianos, pero que si nos basáramos en su nivel de procesamiento, este alimento formidable sería considerado un “ultraprocesado”.
4- “Los alimentos procesados son artificiales o fabricados en laboratorios”. Falso.
Realidad: los ingredientes principales de este tipo de alimentos usualmente son de origen natural, y se procesan para mejorar su conservación y facilitar su consumo, y solo se emplean cuando se ha demostrado con evidencia científica que no son dañinos para la salud. Así mismo, la industria está en constante búsqueda para responder a las necesidades de los consumidores y sus tendencias. Por ejemplo, utiliza técnicas como la fortificación, que permite adicionar nutrientes que aporten a la salud, o la pasteurización, que previene enfermedades transmitidas por alimentos.
5- “El procesamiento de alimentos es reciente y resultado de la industrialización”. Falso.
Realidad: Algunos de los métodos de procesamiento son ancestrales, como la cocción, la fermentación y la deshidratación. Con los avances tecnológicos se han desarrollado otros como la pasteurización, la ultra pasteurización, la congelación, y la producción sostenible que combinan el control de variables como temperatura, tiempo y presión, con técnicas de empaque y conservación amigables con el medio ambiente. Esta transformación agrega valor a los alimentos frescos, mejorando las alternativas de conservación, el tiempo de vida útil y la disponibilidad permanente de alimentos.
Así las cosas, tanto los conservantes como los alimentos procesados son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria, así como la calidad y la inocuidad de los alimentos, por lo tanto, según Montes, “el rol del procesamiento de los alimentos en los sistemas de producción es necesario para alimentar a la humanidad y garantizar su salud. Invitamos a que siempre estemos informados sobre nuestra alimentación, que tomemos decisiones informadas y mantengamos estilos de vida saludables”.